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Si conduces con frecuencia, seguramente te habrás dado cuenta de que la calidad del aire dentro del habitáculo no siempre es la mejor. El filtro de polen, también conocido como filtro antipolen, es un elemento esencial del sistema de ventilación de tu coche, ya que impide que entren partículas contaminantes, esporas y polen al interior del vehículo.
Su función es clave para mantener una buena calidad del aire y evitar problemas de salud, especialmente en primavera.
Un escudo contra el polen y otros alérgenos
Durante los meses de primavera y verano, las concentraciones de polen en el aire aumentan significativamente, lo que supone un problema para las personas alérgicas. La exposición al polen dentro del coche puede provocar estornudos, lagrimeo, fatiga y dificultades para respirar, lo que, además de ser incómodo, también representa un riesgo para la seguridad vial. Respirar aire de mala calidad dentro del vehículo puede aumentar la sensación de cansancio y disminuir la concentración al volante.
El filtro de polen actúa como una barrera, evitando que estas partículas accedan al interior del coche y garantizando un ambiente más limpio y saludable para el conductor y los pasajeros. Además de polen y esporas, este filtro también retiene partículas contaminantes como humo, cenizas y polvo, elementos perjudiciales para la salud respiratoria.
¿Cuándo es el mejor momento para cambiar el filtro de polen?
Como ocurre con otros filtros del coche, el filtro de polen debe cambiarse de manera periódica para asegurar su eficacia. Lo recomendable es sustituirlo una vez al año, preferiblemente al final del invierno, justo antes del aumento de alérgenos en el aire. La humedad y el frío invernal pueden deteriorar el filtro, por lo que cambiarlo en este momento garantiza que esté en óptimas condiciones para afrontar la primavera.
Otra forma de determinar cuándo cambiarlo es en función del kilometraje: entre los 15.000 y 30.000 kilómetros, dependiendo del uso del vehículo y de las condiciones ambientales donde se conduzca habitualmente. Por ejemplo, si circulas con frecuencia por zonas con alta contaminación o con muchas partículas en suspensión, el filtro se saturará antes y será necesario sustituirlo con mayor frecuencia.
Consejos para un correcto mantenimiento del filtro de polen
Más allá de su reemplazo periódico, el filtro de polen requiere un mantenimiento mínimo. Sin embargo, hay ciertos cuidados que pueden ayudar a prolongar su vida útil:
Evita limpiarlo con agua o aire a presión, ya que su estructura es delicada y puede dañarse, perdiendo su efectividad.
Si detectas humedad en el filtro, puedes secarlo con un paño de algodón, siempre con suavidad y sin aplicar presión excesiva.
Presta atención a signos como mal olor dentro del coche, reducción del flujo de aire del climatizador o aumento de los síntomas de alergia al conducir, ya que pueden indicar que el filtro está obstruido y necesita ser reemplazado.
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