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El motor de arranque es una de esas piezas del coche que pasa desapercibida hasta que falla. Sin embargo, su papel es esencial: es el encargado de poner en marcha el motor térmico cada vez que giramos la llave o pulsamos el botón de arranque.
Como ocurre con cualquier componente mecánico, está sometido a esfuerzos y roces que, con el tiempo, provocan desgaste. Saber cuáles son los elementos más vulnerables puede ayudarte a anticipar averías y a mantener tu vehículo en perfecto estado.
► Carbones o escobillas: fabricados en grafito, transmiten la corriente eléctrica al inducido. Con el uso, se van gastando y reducen su capacidad de contacto, lo que provoca arranques más lentos o directamente fallidos.
► Inducido y colector: el giro continuo y el paso de corriente generan desgaste en estas piezas, pudiendo aparecer cortes en el arranque o chispazos que dañan el sistema.
► Bendix o piñón de arrastre: es el mecanismo que engrana con el volante de inercia del motor. El roce constante provoca desgaste en los dientes, generando ruidos metálicos y dificultades para arrancar.
► Solenoide o relé de arranque: es el encargado de empujar el piñón y cerrar el circuito eléctrico. Con el tiempo, puede fallar debido a la acumulación de suciedad o a la pérdida de capacidad en su bobina.
► Cojinetes y bujes: sostienen el eje del motor de arranque. Su desgaste genera holguras, vibraciones y un funcionamiento irregular.
Algunos síntomas habituales de desgaste son:
Ruidos metálicos al girar la llave.
Chasquidos sin que el motor arranque.
Arranques intermitentes o más lentos de lo normal.
Olor a quemado en la zona del motor.
Ante cualquiera de estas señales, lo más recomendable es acudir a un taller de confianza para realizar una revisión completa. Intentar forzar el arranque o posponer la reparación solo puede agravar la avería y encarecer la solución.
El motor de arranque es un conjunto complejo en el que intervienen componentes eléctricos y mecánicos. Una reparación requiere herramientas específicas y conocimientos técnicos para diagnosticar si basta con sustituir piezas desgastadas (como escobillas o el Bendix) o si es necesario reemplazar todo el conjunto.
Por eso, llevar tu coche a un taller especializado es la mejor garantía de seguridad y ahorro a medio plazo.
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